O Caminhante Branco

Todo comenzó con una avería de helicóptero, un día, en Malí. Esperando al piloto, conversé con un aldeano durante todo un día . Me habló de su vida cotidiana, de sus esperanzas, de sus miedos: su única ambición era alimentar a sus hijos. Interrumpido mi trabajo para una revista, me sumergía en los problemas más elementales. Me miraba directo a los ojos, sin quejas, sin pedidos, sin resentimiento. Había llegado allí a fotografiar paisajes, fui cautivado por su mirada, por su palabra. Luego soñaba con poder escuchar sus palabras, sentir lo que nos une. Puesto que vista desde arriba, la Tierra aparece como una superficie enorme para compartir. Pero en cuanto aterrizaba, empezaban los problemas. Me encontraba confrontando la rigidez de las administraciones de cada país, y sobre todo la realidad de las fronteras impuestas por los hombres, símbolo de la dificultad de vivir juntos. Vivir juntos… Vivimos una época increíble. Todo va a una velocidad enloquecedora. Tengo sesenta años y cuando pienso en la manera en que vivían mis padre, es apenas creíble. Hoy tenemos a nuestra disposición herramientas de comunicación extraordinarias: podemos verlo todo, saberlo todo y la cantidad de información que circula nunca ha sido tan grande. Todo esto es muy positivo. Lo irónico es que al mismo tiempo, seguimos conociendo tan poco a nuestros vecinos. Hoy, sin embargo, la única acción posible es ir hacia el Otro. Entenderlo. Pues en todas las luchas que están por venir, ya sea la pobreza o los cambios climáticos, ya no podremos actuar solos. El tiempo en que nos podíamos permitir pensar sólo en nosotros mismos, en nuestra pequeña comunidad se ha acabado. De ahora en adelante, no podemos ignorar lo que nos une y las responsabilidades que esto supone. Somos más de seis mil millones en la Tierra, y no habrá desarrollo sostenible si no conseguimos vivir juntos. Es por eso que « 6 mil millones de Otros» es tan importante para mí. Creo en ello porque afecta a cada uno de nosotros, y porque es una incitación para actuar. Espero que cada uno a su vez tendrá ganas de hacer estos encuentros, de escuchar al Otro y darle vida a « 6 mil millones de Otros » agregando su testimonio para expresar su deseo de vivir juntos. La realización : Baptiste Rouget-Luchaire, Sibylle d’Orgeval En febrero 2003, a la iniciativa de Yann Arthus-Bertrand, «6 mil millones de Otros» nació de este simple deseo de conocer al Otro : Aprender a convivir es primero tener ganas de conocerse, atreverse a dar el primer paso, preguntar, escuchar y entrar en la historia de Otro. Al reunir los testimonios filmados alrededor del mundo, deseamos reunir la diversidad de los Otros y, al mismo tiempo, hacer sentir lo universal del hombre. Para asociar estos retratos, hacerlos dialogar y poner de relieve su diversidad, durante el rodaje tuvimos que escoger un "lenguaje" común: • Un mismo cuestionario primero. Unas cuarentas preguntas fijadas durante las primeras entrevistas tratan de lo que afecta la vida de cada uno de nosotros: la familia, el amor, la felicidad. Pero también lo que nos separa: la guerra, algunos valores o convicciones. • Un mismo cuadro luego: cada cara es filmada de manera idéntica: primer plano, vertical. Buscamos una relación franca y directa, es decir una mirada dirigida hacia nosotros, hacia la cámara. La proximidad de la cara hace que la relación sea directa. Llama la atención del espectador como llamó la nuestra. • Un mismo acercamiento por fin : El material escogido corresponde a nuestro deseo de intimidad. Una cámara ligera, un trípode, dos micrófonos de solapa: cada reportero puede manejar solo el sonido, la imagen y la dirección de la entrevista. En los rodajes, trata de hacer este encuentro lo más íntimo, personal y único posible. Lo cual implica mucha entrega de su parte en cada entrevista. La confianza se establece en el intercambio y es la garantía de la sinceridad. Aunque el entrevistado tiene consciencia del alcance universal de la entrevista, se dirige de manera muy personal y espontánea al reportero. "Soy el lazo que tejo". En eco a esta frase de Albert Jacquard, intentamos a través de estos rodajes tejer juntos los múltiples testimonios. Cada grabación restituye la riqueza de un encuentro: Acerca de un tema común, cada uno contesta y reacciona a través de su historia personal, las palabras se contestan, se confrontan. Estos encuentros nos mueven, nos conmueven, y nos llevan a cuestionarnos pues los Otros son muchas individualidades que se parecen a nosotros y a su vez nos enriquecen por su diferencia, por las reflexiones y las perspectivas que nos abren. «6 mil millones de Otros» no es un estudio geopolítico o sociológico. «6 mil millones de Otros» es una mirada sobre nuestra humanidad, es una selección de historias de hombres: historias de miedos, de alegrías, de amor que dibujan nuestra Historia común. Testigos de la diversidad humana, queremos mostrar que la diferencia no excluye la comprensión, al contrario: es indispensable para la supervivencia del mundo. 6 años de trabajo Este tipo de proyecto sólo se puede realizar con la energía de todo un equipo. Un lazo indispensable se teje también entre todos, producción, equipo de rodaje, montaje, escenografía, para llevar «6 mil millones de Otros» hasta el público.